Hoy, en lugar de diseñar una dispersión completa me he propuesto realizar un pequeño experimento con los nuevos materiales. Algo que todavía no había hecho era un Cupcake diminuto (de los no diminutos tampoco he hecho porque no soy muy dulcívora, pero quién sabe…)
Como sabía que no me iba a salir a la primera un marrón madalena, he empezado por algo más sencillo: color marrón pocholate. La teoría dice que el marrón básico se hace tal que así:

Sin embargo, la teoría no siempre funciona, y lo que he conseguido se asemejaba más a un marrón moradillo que no tenía nada de apetitoso. Así que había llegado el momento de improvisar… Una pizca negro, una parte más de rojo… un poco más de amarillo… y al final hasta tenía buen color (como podéis ver en la imagen de cabecera).
Vale, ya tenía la base del muffin. Para la parte de arriba he hecho una semiesfera un poco aplanada que era de un marrón un poco más claro, pero tampoco importaba mucho porque iba a quedar cubierta. Para pegar base y cabeza, tocaba utilizar al protagonista del día, el Sculpey Líquido Translúcido que me agencié la semana pasada (y podéis ver aquí). Pero no es en esa operación donde brilla este material, sino en la decoración del pastelillo.
En mi superficie de trabajo (que he remodelado un poco y ahora va mucho mejor, vaya cambio…) he colocado un pegotillo del Sculpey. Antes, probando las mezclas de color de la pasta, había hecho una bola pequeña de color naranja. Con eso y un poco más de rojo, mezclándolo bien con la pasta líquida, he creado una especie de chicle color fresa moñas. Luego se me ha encendido la bombilla de las dispersiones, y he añadido también un churrillo de color perla, lo que le ha dado un brillo muy majo cuando se ve a la luz. Con la ayuda de un palillo (en mi caso era un cacharro para dibujar puntos con esmalte de uñas, pero para esto viene que ni pintado), lo he colocado sobre el muffin, dándole la característica forma de merengue (para la próxima lo intento con manga pastelera improvisada con una bolsa xD)
Como me ha sobrado parte del churrillo perlado, lo he rallado por encima del muffin. También le he colocado parte de un corchete de metal para poder sujetarlo. Junto con el molde para futuros muffins que veis en la cabecera, he metido el experimento al microondas en modo horno. En 15 minutillos estaba listo:
Sólo queda barnizar con el nuevo barniz que me agencié, y ver cómo queda el asunto…
El resultado es… ¡Que te den, barniz de titanlux que no se seca! Este barniz de Pardo es una maravilla. Con un poquito cubres gran parte de la pieza, seca muy rápido y queda brillante. La única pega que tiene es que es caro, pero me va a durar muuucho.
Quizás quedaba mejor sin el barniz, pero, después de todo, esto era un experimento. Mañana, si no surge nada preparo unas cuantas más para dos señoritas que me han organizado un secuestro repostero en dos fines de semana… chanchanchaaaaaan!

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