Categoría: Dispersiones

  • Dispersión: La Caja (III)

    Dispersión: La Caja (III)

    Fin del sellado
    Fin del sellado

    Aquí estamos de vuelta con la caja. Finalmente han sido cuatro capas de cola diluída para que quede más o menos suave. Antes de la tercera capa la he lijado un poco en general para quitarle los trozos ásperos y las esquinas, que sobresalían un poco y había rebabas en la madera.

    Ahora estoy en fase de buscar ideas y ver cómo leches dibujarlas en la madera. Mucho me temo que usar el papel como plantilla no es posible (no puedo recortar zonas tan pequeñas con el cutter), y para dibujarlo a mano, por mu bonita que fuera a quedar la ramita florecía me parece que me falta habilidad.

    De todos modos en la próxima sesión intentaré hacer una copia a mano en papel y pintarla (aunque sea con rotuladores) para ver si puedo hacer algo que por lo menos parezca decente.

    ¡Comienza la parte más difícil de la dispersión! (que es no cargársela en el proceso)

    Recopilando ideas
    Recopilando ideas
  • Dispersión: La Caja (II)

    Dispersión: La Caja (II)

    Madre qué día, entre pitos y flautas casi no llego a hacer la fase de hoy:

    Está abierta, pero no le duele
    La víctima y sus hamijos

    He diluido cola vinílica (blanca de toda la vida) en agua más o menos a partes iguales (lo que está en el tarro de plástico es lo que ha sobrado) y la he aplicado en dos capas separadas una media hora entre sí.

    De momento, Ruperta Xing se ha inflado un poco (¿quizás me pasé con el agua?), pero espero que mañana se le haya pasado. Depende cómo la vea le daré una capa más de cola diluída, que esta madera es muy porosa y no sé yo si se habrá sellado bien.

    Después tocará pensar: ¿Pintar entera y hacerle los detalles encima o hacerle los dibujicos y luego envejecerla?

    chun chun chuuuuuuuun…

  • La era de las herramientas

    La era de las herramientas

    Está muy de moda el tema de las aplicaciones. Con tanto cacharrico electrónico que tenemos, no es extraño que cada vez salgan más y más herramientas digitales que permiten organizar cosas de una forma similar a la de siempre, pero en versión aplicación con algún plus añadido que les da color y atractivo.

    Por ejemplo, hay montones y montones de organizadores de tareas que se enlazan a calendarios, que te permiten enviarte recordatorios como «que no se te olvide que dentro de dos horas has quedado a tomar un café«, programas de gestión de listas de la compra (algunos hasta te permiten hacer inventario de tu despensa escaneando códigos de barras y todo, pero no sé yo si eso se llega a usar realmente, parece un poco rollo…) o incluso aplicaciones que te hacen un seguimiento del ejercicio que haces. Lo que vendrían a ser agendas con esteroides. Muchos esteroides. Y lucecitas, serpentinas, y espumillón (que es la época).

    Lo que no sabía yo es que habían sacado ya aplicaciones para escribir. No me refiero a procesadores de texto de toda la vida, no, sino a procesadores enfocados a escribir novelas. O cuentos. O lo que sea, pero en definitiva Escribir, con mayúscula.

    La que ilustra esta entrada no es más que una de ellas, Yarny. «Just write!» es su slogan. Pero si se tratara realmente de «Sólo escribir» no necesitaríamos esta aplicación, con el bloc de notas nos valía… Lo que da realmente valor a esta aplicación, es las pijaditas que la rodean:

    • Gestión de «trozos»: Se pueden escribir fragmentos, arrastrarlos y reorganizarlos. Lo que vendría a ser usar tarjetas de cartulina para organizar ideas…
    • Guardado constante y mantenimiento de versiones: A medida que escribes va guardando, y además puedes recuperar versiones antiguas. La idea más o menos del Control de Versiones de código pero aplicado a un documento.
    • Gestor de personas, lugares y cosas: Lo que más me ha llamado la atención. Es básicamente como los «trozos» pero categorizado. Se puede usar para almacenar personajes y sus detalles importantes, o lugares por donde va sucediendo tu trama. También se podía hacer con fichas de cartulina.
    Estas son las fichas de las que hablo
    Fichas de varios tamaños :3

    No lo voy a negar, me encantan estas pijadas. Le veo problemas, obviamente (el día que no tengas Internet te cagas en todo). Y por lo que se ve, Yarny no está sola. De hecho hay un buen puñado de aplicaciones similares (y otras no tan similares), de pago, hasta con opciones para la edición, toma de notas por voz, y mil cosillas más.

    Pero a donde quiero llegar es a que por mucha aplicación que se tenga, para escribir (ni siquiera estoy hablando de escribir bien, sino simplemente de escribir algo) hace falta, de base, algo más que ninguna aplicación te puede dar: inspiración y paciencia. Si tienes como mínimo eso, puedes usar cualquier cosa, servilletas de papel incluídas.

    No soy ninguna experta escritora ni nada parecido. Al contrario. Soy más bien una aficionadilla de palo que alguna vez tiene alguna idea para historias tirando a cutres y se acaba olvidando de ellas porque no tiene tiempo. Me resulta mucho más cómodo el lado del lector, para qué nos vamos a engañar. Pero alguna vez lo he intentado. Concursos literarios de navidad en el Instituto (uno ganado y todo! omg!), historias de preludio para personajes de partidas de rol, pequeñas cosas sueltas…

    Escribir siempre me ha resultado altamente desesperante, por varias razones. Por una parte, está el tema de la cabezonería: una vez que empezaba, o me pegaba toda la tarde hasta terminar (menos mal que eran historias cortas) o luego no había manera de retomar la historia, o me costaba mucho. Y luego las revisiones… No tenéis ni idea de las veces que cambio, vuelvo a cambiar, quito, pongo otra vez, corrijo esto, muevo el párrafo aquél, cuando ni siquiera llevo escrita una página. Incluso para escribir en el blog tardo bastante más tiempo del que parece.Y me pierdo en los detalles. Al final la historia se me queda en segundo plano porque me fijo demasiado en la forma, en la estructura, en usar las palabras correctas… Por eso mis personajes luego me parecían de cartón y en las historias no pasaba nada.

    Así que, por simple curiosidad… ¿Escribís? ¿Por qué escribís? y ya que estamos con el tema… ¿en qué medio?

  • Receta: Haciendo Rosquillas

    Receta: Haciendo Rosquillas

    No se lo decimos a menudo, pero mi madre es una gran cocinera y repostera (y lee el blog, ¡saludadla!). Por estas fechas que empieza a hacer fresco da menos pereza encender el horno o el fuego (es vitrocerámica pero da calor igual xD), y al menos una vez al año hacemos dulces como el que os presento hoy: Las Rosquillas de Toda la Vida (TM).

    Estas rosquillas se hacían en el campo de mis abuelos, y la que se liaba en la cocina era mediana. Entre mis tías, mi madre y mi abuela haciendo de jefa de cocina (le va mucho eso de jefear), el día que se ponían a hacer rosquillas sacaban montones literales de ellas. Dicen por ahí que son típicas de Semana Santa, pero yo casi que las ubico más en el invierno, será la costumbre.

    La receta es una variante más esponjosa (en teoría) que las que hacían allí en el campo, pero son muy parecidas.

    Ingredientes (~24 rosquillas)

    De aquí hemos sacado el anís de las rosquillas de hoy. La botella es de la época en que las fechas de caducidad no existían…
    • 2 Huevos
    • 4 Cucharadas soperas de aceite
    • 4 Cucharadas de azúcar
    • 4 Cucharadas soperas de anís, ese que es bebercio alcohólico (se puede quitar un poco de anis líquido y añadir anís en grano)
    • 1 Sobre de levadura
    • Ralladura de limón o naranja
    • La harina que admita la masa (ver Preparación) (puede ser en torno a 300gr)
    • Leche (opcional, ver preparación)

    Preparación

    Se echan todos los ingredientes juntos excepto la harina en un recipiente, y se baten bien hasta que quede una mezcla homogénea (puede usarse batidora mientras la masa aún sea blanda).

    Poco a poco se va incorporando la harina y se mezcla para que no queden grumos. Llegará un punto en que estará demasiado dura para la batidora (automanual o eléctrica), en ese momento se sigue trabajando con las manos. Se sigue incorporando harina hasta que queda una pasta maleable pero blandita, que casi no mantenga la forma (si no, se quedarán demasiado harinosas al freírse). En caso de que quede la pasta demasiado dura se puede arreglar con una o dos cucharadas de leche.

    Se deja reposar una media hora.

    Lo siguiente es calentar aceite en una sartén grande, de modo que los roscos puedan flotar con alegría (los Woks van de perlas para esto). El aceite puede ser el que se prefiera, pero para estas cosas a mí me parece más adecuado el de girasol o un aceite de oliva suave, que dejen poco sabor (y no queremos rosquillas con sabor a aceituna, que hay aceites de oliva muy brutos! :S )

    En este punto viene bien ser dos personas:

    1. La persona A o «El que se pringa«: su misión es ir haciendo churrillos con la masa y acto seguido juntar los extremos para hacer un rosco. Es recomendable que se unte las manos en aceite para que no se pegue ni se rompa, y sea más fácil de manejar. Hace falta algo de destreza y agilidad manual para que el rosco sea un rosco y no un alien. Pero vamos, es cosa de práctica… En este momento el trabajo de El que se pringa se sincroniza con…
    2. La persona B o «El pescador«: su cometido es mantener los roscos separados en la sartén y pescarlos cuando están dorados por los dos lados. Descubrimos hace poco que los palillos grandes de cocinar (y los pequeños también) de los chinos y japos vienen muy bien para las labores de pesca. Después de recogerlos, se van apilando en una fuente o plato grande con papel de cocina debajo, para que escurran bien el aceite.

    Las rosquillas se pueden adornar como se quiera, pero un clásico es rebozarlas un poco en azúcar.

    ¡Que aproveche! En la cabecera dejo una foto de las rosquillas pasadas por azúcar, y aquí abajo en el paso previo.

    Éstas han quedado demasiado harinosas, por eso se nos han abierto al freír (aún así están buenas xD)
  • Una Bruja en la Radio

    El micrófono imaginario

    En la entrada anterior dije que el tema de hacer radio era carne para otro post. Dado que las otras opciones de tema ahora mismo no son posibles (una incluye una entrevista que hacer y la otra la revisión y reescritura de una historia corta que hice en Bachiller), voy a hablar de algo que forma parte de mi infancia: Mis programas de radio en casette.

    El máximo culpable de esto es mi abuelo, que un día me subió a una banqueta, me enchufó la minicadena con una cinta de chistes de Marianico el Corto con celo puesto en los agujeros para que se pudiera grabar encima, y le dió al botón rojo de grabar.

    Ese día creó un monstruo de tres o cuatro años.

    Me pasé horas y horas diciendo cualquier chorrada que se me pasara por la cabeza, rebobinando, y volviéndome a escuchar. Aún conservamos en casa alguna de esas cintas, mas un montón más de los años siguientes. De manera intermitente, iba volviendo a grabar cosas por pura diversión.

    En la primera época, las grabaciones eran conversaciones entre mi abuela y yo, mi abuelo y yo, o los tres. A los cinco años se añadían de fondo los gruñidos y balbuceos de una @Zalagath que aún no había aprendido a hablar. En una de esas grabaciones, emulaba un informativo repitiendo en varias frases y sin ningún sentido en general la palabra ausentes. Una de esas frases era:

    Sus majestades los reyes se encontraban ausentessss (así marcando las eses)

    No tenía ni idea de lo que quería decir eso de ausentes, pero como me sonaba bien, lo decía a ver qué tal quedaba.

    Un tiempo después, ya en casa (a los siete u ocho años), se me unió una interlocutora un poco indecisa, esta vez @Zalagath sabiendo ya hablar un poco más. Intentamos alguna entrevista en la que ella era una veterinaria famosa. La pobre estaba fascinada por el invento de la grabadora, así que se bloqueaba y no me seguía muy bien el juego. Recuerdo que estábamos sentadas en la alfombra de mi cuarto y le iba chivando al oído lo que tenía que decir. Al final, conseguí que improvisara un poco su canción de «La Luna y el Tractor». No me preguntéis a mí, preguntadle a ella…

    En busca de colaboradores más «de mi edad» conseguí enredar en el tema de los programas de radio a una prima mía con la que pasaba la mayoría del tiempo, casi un año menor que yo. La cantidad de días que pasamos haciendo el canelo con la grabadora fue interesante (y sobre todo muy divertido, es uno de mis mejores recuerdos). Empezamos haciendo un programa musical con participación de oyentes, en el teléfono ficticio 989 98989 (todas las voces simuladas por nosotras, ofcors, con alguna colaboración especial de nuestra veterinaria favorita @Zalagath). A los oyentes se les hacían a veces preguntas a modo concurso, y ganaban bricks de leche Pascual (nosotras a lo práctico, la leche es algo esencial en la vida de mucha gente xD), parodiábamos anuncios (los de los trajes Alejandro, famosos en Zaragoza por bombardear de publicidad la radio a todas horas), inventábamos noticias locas… Todo ello confluyó en una serie de cinco o seis cintas de casette de 60 y 90 minutos  rotuladas en bolígrafo con el nombre de la emisora, Turquesas del Caspio, llenas de momentos mejores, peores, y montón de pausas y rebobinados porque nos tronchábamos de risa de nuestras propias tontadas cada dos por tres y no podíamos seguir.

    ¡Es mi grabadora! ¡De verdad! :O

    El canto del cisne de Turquesas, nuestro último programa como tal, llegó en primero de la ESO cuando me apunté a una optativa que debería haber ido de cosas sobre comunicación y acabó siendo un repaso de Lenguaje. El profesor nos propuso precisamente lo que nosotras llevábamos haciendo tantos años: grabar un programa de radio en una cinta para después reproducirla en clase. Esta vez, preparé el guión, y el resultado fue una selección de «Los mejores momentos de Turquesas del Caspio». Tengo muy borrosa esa época, ni siquiera recuerdo si mi prima también participó en ese último programa, aunque me suena que sí (o quizás quiero recordar que sí…). De todos modos, no creo que lo hubiera hecho sola.

    Aunque ese fue el fin de nuestro programa, unos años después (a los 14 o los 15) nos juntamos con un par de amigos más, esta vez para hacer un programa de radio «de verdad», en la emisora del instituto de al lado. Puede que algunos que me conocéis os sorprenda un poco la temática: era un programa de hip-hop. Aprendimos a usar un poco la mesa de mezclas sencilla que había, a hacer transiciones… En cuanto a los contenidos intentábamos buscar por Internet a grupos nuevos, sobre todo a los que sólo tenían maquetas. De hecho nuestra sintonía (que daba nombre al programa: Micros en On) era una de esas canciones de un grupillo joven. La pondría, pero la he buscado y no la encuentro >_<. Otro de los grupos que promocionábamos era Dos Opciones (omg, otros que ya no hay manera de encontrar tampoco…). La historia del programa musical no tuvo una vida muy larga debido a algunas deserciones y cambios el equipo y a un malentendido con la letra de cierta canción que aún hoy creo que no se ha resuelto. Bueno, también las ganas de seguir con el tema del hip-hop se iban diluyendo por mi parte, ya que en ese momento estaba en proceso de rockización y heavización.

    La verdad es que se echa de menos hacer el canelo grabando cosas, pero por ahora me conformo con este blog. El trabajo que conlleva un podcast es demasiao pa mi.

  • De Letricas

    De Letricas

    Periodic Table of Typefaces: http://www.squidspot.com/Periodic_Table_of_Typefaces.html
    The Original publication: http://www.behance.net/Gallery/Periodic-Table-of-Typefaces/193759

    Desde que abrí el Word por primera vez, los distintos tipos de letra me fascinaron. Hoooras y hoooras me pasé jugueteando con ellas (y con los cliparts, los wordarts y los bordes de página, para qué negarlo xD). A los años (1 o 2 después) tuve Internet en casa. Las letras me llegaron a molar tanto que me bajé programitas para diseñar mis tipografías e incluso conseguí hacer una bien cutre (la pobre se perdió en el olvido, pero ya os podéis imaginar cómo sería un tipo de letra pintado con un ratón de bola a los 14 o 15 años…). Seguro que desafiaba a toda regla de la tipografía existente (aunque yo no supiera que existieran). La tipografía en cuestión sólo tenía las letras de la A a la Z y en minúsculas, mas alguna mayúscula suelta, que una se dispersa y se aburre de lo que es demasiado repetitivo… ya tuve suficiente diversión de varias tardes con eso y me di por satisfecha con mi primera aventura tipográfica.

    En aquellos tiempos en los que descargar 3 MB era toda una odisea, yo pasaba algún que otro rato muerto bajando tipos de letra. Recuerdo que en una visita a casa de Taqwa me llevé de regalo un diskette de 3,5″ lleno de fuentes (aunque teniendo en cuenta la capacidad pasmosa de 1,44 MB tampoco es que cupieran muchas).

    Posteriormente, entre unas cosas y otras he seguido descargando y probando distintas fuentes, leyendo algún artículo suelto y en general, siendo una consumidora de fuentes gratuitas.

    Hoy me he encontrado con la ilustración que abre este post y que podéis obtener de diferentes modos en los enlaces que os he puesto arriba. Os pego y comento algunos elementos de la tabla que me han resultado más curiosos…

    Futura es la tipografía que aparece en segunda posición en la tabla periódica. Me ha sorprendido que fuera diseñada en 1927. Siempre me ha gustado bastante, después de la Trebuchet de Microsoft.

    Curiosamente, los derechos de la fuente original los tiene una empresa española, Neufville Digital, que se dedica a recuperar tipografías y digitalizarlas (recordemos que las impresiones de letras se han hecho tradicionalmente con planchas, primero de madera y después de metal fundido), además de  comercializarlas, supongo.

    Se ha utilizado en un montón de cosas, pero para mí la más curiosa es en la placa que hay en la Luna.

    ¿Cuánto mal nos dieron en clase de Historia con la imprenta del señor Gutenberg?

    Esta fuente está en teoría recuperada de la Biblia que imprimió, aunque no tiene todos los caracteres que se usaron en la impresión original. Muchos hoy en día ya no se usan, y algunos incluso eran abreviaturas en un solo caracter de imprenta. El hombrecillo estaba experimentando, qué queréis…

    Hablando de recuperaciones, aquí hay un curioso flame sobre recuperación de fuentes antiguas: los de «lupa y a manija» vs «el sistema digital» Frikis los hay de todas las cosas, eh?

    Ésta también es antigua, pero seguro que no sabíais que lo era tanto. A mí me parece que siempre ha estado en mi lista de fuentes.

    Garamond no es sólo la tipografía. Igual que Gutenberg, el nombre es el apellido de su creador, un señor francés que se lió la manta a la cabeza y se puso a crear su propia tipografía, fundir las letritas de metal, e incluso se hizo editor. Creaba copias delujoquetecrujo en cuanto a materiales, cueros, hilos…

    Dicen por ahí que las reproducciones más fiables de esta tipografia fueron creadas en 1924 por la fundición Stempel. Lo que usamos ahora en el PC para escribir, como siempre que hablamos de fuentes antiguas, son reconstrucciones. La Garamond de Adobe está basada en los punzones de letras de Garamond que están en un museo de por ahí, pero la versión cursiva ya no, son de otro tipo más moderno. ¡¡Nuestras fuentes son pequeños Frankensteins!! (Si queréis saber más del tema: http://www.unostiposduros.com/?p=313)

    Tenemos una cantidad de fuentes curiosísimas siempre a mano y no nos damos cuenta de ello. Están llenas de historia, la mayoría son bastante decentes pero hay que tener ojo al combinarlas, dependiendo de para qué se van a usar.

    Visto lo visto, el que usa Comic Sans con todo el abanico de posibilidades maravillosas y legibles, no tiene perdón del cielo, porque es la cosa más aburrida y sosa del mundo. Es la letra por excelencia de lo cutre. Os dejo, para finalizar, una cita de letrag sobre la Comic.

    Quizás sea la tipografía más odiada de la historia, no por falta de calidad sino por el mal uso y la frecuencia abusiva con la que se empleó. […] Se trata de una tipografía muy legible en pantalla incluso a tamaños pequeños a pesar de tener una apariencia informal y caligráfica. Fue un encargo de Microsoft a Vicent Connare para su software Microsoft Bob, […]  Su gran expansión al venir por defecto en los sistemas operativos de Microsoft y Apple hizo que apareciera por todos lados, e incluso el propio Connare reconoció que estaba cansado de ir a restaurantes y verla en la carta del menú.

  • Mooffin (El último!)

    Mooffin (El último!)

    Tranquilos, no hace falta que huyáis. Con este wallpaper, puedo dejar a mi creatividad descansar tranquila unos meses.

    Todo empezó con el intento de vectorizar una madalena. Una vez, hace años, lo intenté con una bonita ilustración de un cómic (creo que era el Asgard de Thor) pero me desesperé pronto porque no entendía la herramienta pluma (pen en la versión en inglés). Dejando a un lado las tiras de El Dungeon del Lich (que básicamente estaban hechas con figuras geométricas pegás) nunca había usado Illustrator para hacer dibujitos. Normalmente los hago en Inkscape. Esta vez lo he intentado en Illustrator por cambiar, pero tampoco es que haya tenido mucho éxito: una vez he tenido la forma general madalenoide, el ser gráfico en cuestión ha decidido que quería ser una vacalena. Lo consideraremos un triunfo a medias.

    Así que aquí os dejo otro fondo claro y azulito, un poco pastel… ¡pero es que es una madalena adorable! Para la siguiente tirada haré La madalena asesina y así compenso el exceso de azúcar que he echado por aquí últimamente.


    Mooffin – Wallpaper by ~Norda on deviantART

  • Chi’s Sweet Home

    ¡Eh, estoy en racha! Este wallpaper va dedicado a @Idranil y a mi tata @Zalagath, a las dos porque son unas locas de los gatos (yo también, pero un poco menos xD) y a la primera en especial por pasarme el enlace a la serie.

    No se me suelen dar bien los fondos pastelosines, pero creo que este ha quedado decente. ¡Espero que os guste!


    Chi’s Sweet Home Wallpaper by ~Norda on deviantART