La Corchera Suicida

Una de las cosas que me gusta siempre tener junto a mi escritorio es una corchera. Allí suelo pinchar el calendario, recordatorios… De todo un poco.

Haciendo una de las compras iniciales para el piso, me encontré con cuatro láminas de corcho que se podían pegar a la pared mediante unas almohadillas. Yo toda feliz me puse a pegarlas con alegría… Sin embargo, la felicidad me duró poco.

Debido a los cambios de temperatura y humedad (que aquí en Zaragoza son extremos), cuando regresé a casa al día siguiente, una de las láminas se había suicidado dejando en la pared un par de trozos suyos.

Intentando arreglar el desaguisado, me llevé detrás de una de las almohadillas un buen pedazo de pintura de la pared… La frustración fue mediana. No podía quitarlo todo y mandarlo al traste porque me llevaba la pared detrás, y no veía una manera maja de arreglarlo. Así que hice lo que pude… Con unos cuantos tornillos aseguramos los corchos a la pared (esa pared se agujerea con pensarlo, da miedo!!), y con unas chinchetas disimulé el tornillo, en algunos casos con mejor tino que en otros.

En cuanto a la plancha suicida, hubo que curarla con unos trozos de una cinta blanca adhesiva. No es muy bonito pero… por lo menos es funcional.

Por cierto, el Washi Tape no se pega al corcho. Una pena se me ocurrió que podía dar uso a mi colección para poner maja la corchera y no. Quizás usando papel blanco como marco y pegando encima la cinta… humm… interesante. Ya tengo otra idea :)

Comentarios

Una respuesta a «La Corchera Suicida»

  1. Avatar de zalagath

    No para quieta! Yo siempre pongo un recubrimiento de papel por que mi corchera es una guarra : D

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