Ayer aproveché la tarde y volví a ir al centro. Me he enterado que hay algunos colores de Premo! que están descatalogados, así que me he agenciado unos pocos básicos que había en la tienda de artes Expression’s, y que me faltaban (sólo a mí se me ocurre ponerme a hacer mezclas faltándome básicos… ains…)
De vuelta, pasamos por una tienda de abalorios (Cosicas, nombre muy apropiado, porque está a rebosar de piececillas pequeñas) y se me ocurrió preguntar por si tenían eyepins. No tenían, pero sí que tenían alpaca por metros, y con eso me he hecho mis propios eyepins para clavar en los cupcakes cuando los termine, como podéis ver en la foto que abre esta entrada.
Así que hoy me he vuelto a poner a hacer mezclas y pruebas. Para empezar, he sacado un color chocolate más decente que el de la otra vez, y he hecho dos pares más de bases para los cupcakes:

Me encanta hacer la guarrería esa de la crema del cupcake con el Sculpey líquido. Como todavía tengo pocas piezas para meter al horno (que hay que ahorrar luz), me he montado un almacén temporal donde mantener la mezcla sin que se ensucie, pringue o estropee de cualquier modo posible. Al hilo de esto, he descubierto que si paso el color por la máquina de pasta a un nivel muy fino, es mucho más fácil de fundir con el Sculpey Líquido. Con ayuda de mezclas de color que había hecho anteriormente, he acabado con las siguientes cremas (no son comestibles, ojocuidao!!)

Pasando a otra cosa (pero también de arcilla polimérica de esta)…
Hace un tiempo vi una técnica llamada «Mica Shift», que es bastante resultona. No tenía perlados entonces pero… ahora sí! Chanchanchaaan! Es el momento de probarlo.
Para empezar, he cogido (totalmente a ojímetro, para eso me hice la plantilla de medir la semana pasada… ) Una porcion «maomenogrande» de Premo Purple, como media de lo anterior de Premo Accents perlado y maomeno un cuarto de translúcido. También una pelotilla de lo mismo pero sin translúcido que había hecho antes para probar, aquí se aprovecha todo xD.

Todo eso lo he mezclado bien (y un buen ratazo ha costado) con la ayuda de la máquina de pasta y a ratos a mano, que lo de darle a la manivela esa aburre. Mientras la pasaba por la máquina de pasta, hacía lo que llaman «alinear la mica». Es decir, pasar la pasta, doblar hacia arriba, volver a pasarla en la misma dirección. De este modo las partículas de mica acaban mirando todas hacia el mismo lado y la pasta no hace «aguas» (que es lo que hace por defecto el perlado si lo dejas a su bola)

Una vez alineada, he hecho varios intentos de colocar un relieve en la pasta, pero sin mucho éxito al principio. Después de revolver toda la casa he encontrado un joyero de cristal de Zalagath y con ese el proceso ha funcionado. La cosa va así:
- Se alinea la mica en la pasta (como he explicado antes)
- Se corta la pasta en varias láminas del mismo tamaño y se amontonan (dos o tres)
- Se pasa un poco el rodillo por encima para pegarlas (o en mi caso el bote antiguo de aután…)
- Se presiona con el relieve.
- Idealmente, se coge una cuchilla molona de esas que usan en todos los vídeos y tutoriales y yo no tengo… En mi caso, he tenido que usar un cutter con casi toda la hoja fuera y poner en un poco elevada la lámina de pasta.
- Con el elemento cortante, ir sacando el relieve en pasadas suaves hasta que la pieza queda lisa, y con un bonito efecto óptico debido a las partículas de mica, que se han movido.
- Para finalizar, pasar ligeramente el rodillo y cortar al gusto. No comer.

Como me ha sobrado pasta he intentado hacer un segundo con otro patrón. Como no ha habido manera, he acabado por usar el mismo, aunque lo he recortado con otra forma.

P.D.: El editor de fotos Picnik sigue en espíritu con nosotros a través de la app de retoques de Google+, aunque en teoría vaya a desaparecer en Abril. ¡Fotos con chorradas FTW! Las echaba de menos…
Deja una respuesta