«Cámaras», entre comillas, porque una de ellas es la de mi móvil, que no cuenta mucho como tal por sus limitaciones ;). En concreto:
- Prueba 1: Cámara del HTC Desire S. 5 megapixels.
- Prueba 2: Pentax Optio S7. 7 megapixels. Zoom óptico hasta x3.
La víctima elegida para posar es el termómetro de horno que ha llegado hoy (para evitar ésto, por cierto). He configurado las dos cámaras con el balance de blancos en modo «Luz incandescente», porque la mayoría de la luz venía de la lámpara de mi escritorio (halógena cálida), y las he hecho las dos desde el mismo punto (maomenoh).
Lo que ha salido:


A simple vista se ve que los colores cambian. Los de la Pentax son más fieles a la realidad que los otros, que parece que la mesa esté descolorida, y el salto de definición de 5 a 7 megapíxels se nota en los detalles (esos dedazos en el metal…). Sin embargo, sé por experiencia que cuando la luz del día (o al artificial) no es lo suficientemente fuerte, esta cámara se vuelve en un infierno inútil de ruido y desenfoque, incluso con flash. El teléfono se porta mucho mejor en esos casos.
El teléfono lo llevo siempre encima, y eso es una ventaja para hacer fotos de cosas que te encuentras por la calle de modo random. Me resulta más difícil hacer lo mismo con la Pentax. Obviamente, compartir esas fotos por Internet (twitter/instagram…) es mucho más sencillo con el HTC.
Creo que está claro. Para hacer fotos a las dispersiones intentaré usar más a menudo la Pentax cuando las condiciones sean favorables, y para lo demás tiraré de móvil como iba haciendo últimamente.